La angustiante inminencia de lo incierto

  Todas las rutas de Google maps, me llevan a vos, e intento cambiar de dirección y casi casi al final del camino logro ver que en ese destino hay un desvío. De manera obligada me lleva a dar vueltas quizás con pesimismo, a encontrarme con un confuso abismo que me reta llegar a ti… o a que me atreva . Bien sé que para verte he de menester al ritmo de la muerte que me transmuta en alma y mente. Que me haces delirar entre el amor y la ansiedad a cada instante.

 Soy silente, soy ausente  Quise ir más deprisa que la propia muerte Ella me sonríe sutilmente  Me toma de las manos, y asiente que me acompañaría hasta el final, que sola no me dejaría, hasta llevarme a mi propio paraíso cálido y vívido como nunca lo había sentido, con sus verdes jardines y dulces rocíos.  Dormirás muchas horas todavía sobre la orilla vieja y encontrarás una mañana mágica junto al sol naciente, con la promesa de un próximo atardecer. Me endulzaba los oídos  Cuando la campana suene (si suena en mi funeral) una oración, con su dulce voz melódica se oirá, cantando en un rincón junto a un largo vestido negro.  Ella sólo observará mi vuelo Sin alas Sin ojos Y sin cuerpo.

 No tiene miedo de tenerme, ni de quizás perderme Me toca con tanta delicadeza que hasta podría romperme en sus manos y me uniría nuevamente para volver a simplemente estar junto a él.  No busca dañarme, me cuida como aquello más preciado que ha podido tener.  Me observa detenidamente, se memoriza cada parte de mi piel, cada lunar o cicatriz que la vida me ha podido causar.  No juzga, ni cuestiona mis imperfecciones, sino que busca eso perfecto que no encuentro en mí.  Puede que hasta ni siquiera existas, pero por momentos deseo imaginarte así.  Perfectamente imperfecto, que encaja a mí. 

 Podría permanecer desnuda ante ti a simple vista, en cuerpo y alma  Pero aún así no me sentirías, ni fijarías tu mirada en mí  Soy un ente que diambula por tu habitación, esperando a ser vista.  Quisiera ir en sincronía junto al contorno de tu cuerpo, y no morir en el fugaz intento  Estoy, aunque me sienta ausente  Solíamos amar la noche fría, sin testigos. ¿Volveremos a esos viejos placeres en el tiempo?  Mi cuerpo está ofuscado y cansado de pelear, pero no sé cómo amar de manera diferente, sin salir herida. Sólo sigo esperando el momento, el momento de sentirme querida. No moriré de amor, sé cómo se me regenera la piel después de salir lastimada a sangre fría.  No moriré de amor, pero no quiero más vida que su vida. No moriré de amor, pero mataría por ello Metafóricamente hablando  Puedes atarme de pies y manos, y reafirmarme que el amor no siempre debe ser un cementerio, en la cuál soy el fantasma que ronda tu morada.  Tan pronto com...