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Mostrando entradas de febrero, 2022

Whisky con sabor a tu ausencia

 Empiezo con la primera copa, sabiendo que a la mañana siguiente la vida simplemente me agota, va la segunda y pienso en buscarte,  para decirte que te quiero como a nadie más pero no estás, mi amigo prepara la tercera ronda de whisky brindamos en honor a que la vida nos vaya mejor, me amargo tanto pensando en vos  que no sé si es el alcohol, que me hace escucharte desde lo más pequeño de aquél rincón.  Supongo que de eso trata el amor, cuando en medio de una fiesta buscas a aquél que no está, hasta que el último trago te sabe amargo y a aquella ausencia irreemplazable,  pero lo evitas, para no aguarlo más que aquél hielo que pusieron demás. Restas en vez de sumar, porque después simplemente lo olvidas.  Inicio la mañana siguiente con la vida enfrentándola de frente, aunque me cueste.. Entré a un laberinto sin salida, al querer estar con vos como aquél último día, y en cada pasillo de mis pensamientos retumbaba que solo la mala suerte es mi guía,  y debería olvidarte ya algún día.  Nun

Aquella mujer a orillas del arroyo

 Caminaba por los senderos de ese arroyo con sus aguas cristalinas, tarareando viejas melodías en guaraní, eran sonidos mágicos que endulzarían el oído de cualquiera que la escuchara, la caída del agua en esa cascada era más que pura magia. Deslumbró la noche con su vestido blanco y su cabello que le llegaba a la cintura, nadie la entendía, nadie la comprendía, caminaba por el bosque en busca del alma fría que la lastimaba. Vigilaba y cuidaba a los visitantes que se hospedaban en el lugar, dónde antiguamente había vivido tantos momentos de su vida, aquella vida, vida la que alguna vez tuvo y se la arrebataron. Era muy inquieta de niña, caminaba por el bosque cerca de una casita de paja frente al arroyo, y al lado de la vista de un enorme cerro verde. En las madrugadas se hacía notar, sus pasos se escuchan en su caminar, pero nadie la veía al pasar. Cada detalle de ella provenía de mil veranos y un alegre amanecer. Aunque no puedo verte, puedo escuchar tus penas cuando se pone el sol, y