Te recuerdo con dificultad

Sé que existís en algún lugar del mundo, buscando por mí.


Era alto y delgado. Su piel azucar morena, su pelo es corto, liso y negro.


Para mí fuiste tan real, mis ojos se deslumbraron con tan sólo mirarte.


Me gustaría volver a verte, tenías un conjunto de sutileza, que inconscientemente fabricas cuando tus brazos me enredan a ti.


El tacto gentil de tus manos, curando todo lugar que tocas.


En mis recuerdos te tengo vagamente, son imágenes distorsionadas, me confundo con los sueños que alguna vez tuve, en la que te me apareciste, desde aquel día, no hay segundos en los que no te busque.


En mi sueño estábamos los dos compartiendo, sentados en la vereda de tu casa, la tarde pronto se volvía noche, fuiste por una campera porque notabas que sentía frío. Te dije que ya debía volver a mi casa, y para que no vaya con el estómago vacío, me diste milanesas para llevar.


Fue el gesto más lindo

¿Quién no amaría a alguien que te hace milanesas, para llevar y comer en el camino?


Subí al colectivo, cada vez que me asomaba por la ventana y miraba para atrás seguías ahí, con una sonrisa pequeña, llevabas una remera azul y pantalones negros.

Desperté con una extraña sensación de que algo me faltaba, pero eras vos que ya no estabas.

Ni tenía algo que me diga, en qué lugar hallarte.

Podría retractar tu rostro e ir a buscarte en cada rincón de la ciudad, será que llegaría a encontrarte?

No sé qué estarás haciendo, en dónde estarás, ni si alguna vez volverás a mis sueños.

No sé tu nombre, pero estoy segura que todo lo que sentí fue real, al igual que vos.

Tal vez sólo te inventé, para volver a sentir esa magia que hace palpitar a mil por hora el corazón.

El día cada vez te disipa más, es que el tiempo pasa y aquél recuerdo se disfraza de un ensueño que ya no volverá.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una salida y un menú

Me habita tu ausencia

Un trébol y un adiós