El señor gato, una vez más

 El gato está sentado en el borde de la otra cama, se relame y me mira.

¿Qué se sentiría tener siete vidas?

Se lame una y otra vez.

Sí que tienes buena vida

Nunca deja que lo toque, ni siquiera que me acerque a él.

Pero en las madrugadas se posa sobre mi pecho, y me mira fijamente.

Tal vez piensa en las mil maneras de acabar conmigo o intenta descifrar algún secreto.

Lo quito de encima, me giro y empiezo a llorar una vez más, creo que ya es normal.

Todas las madrugadas el mismo ritual.

El gato y yo, en soledad.

Él llora por querer salir, y yo de igual manera, por huir de mí.

Las paredes están húmedas, noto un orificio en ella, me acerco para saber que puedo ver desde ahí, y nada interesante, la casa del vecino con sus luces navideñas que titilean.

Mientras pienso en el poco espíritu navideño que tiene la mía.

Ya van las 03 a.m

No me llegan mensajes inesperados, ni por error.

Claro, hay gente normal que duerme en horario.

Me fijo en las redes sociales;

Los hospitales están abarrotados

Coronavirus

No hay medicamentos

Coronavirus

Karol g y Greeicy posando en ropa interior, causaron furor.

Coronavirus

Cristiano Ronaldo, positivo al qué?

Coronavirus

Ya se empezaron a distribuir las vacunas, del qué?

Coronavirus

Más y más Coronavirus.

Mucha superficialidad, conspiraciones, desesperación, tristeza, agotamiento mental.

Vomito la cena por indigestión, la cena de noche buena, estuvo riquísima pero pésima para mi estómago.

Pero bueno, ni Ironman aguantaría tanto vino, cervezas y sidras. En una sola noche.

¿Qué esperaba que salga de todo eso?

Me lo aguanto aunque, me reclamo y digo que en la próxima, nunca más volveré a tomar así.

Pero sé muy bien que mentirme a mí misma, me sale estupendo.

De pequeña me preguntaba porqué los adultos aman tanto el alcohol, y de adulta ya no volví a hacerme esas preguntas, uno entiende que un poco de birra luego de tanto desastre no viene mal.

Y no, con maullarme no harás que comprenda que tarde o temprano eso me hará mal.