Pesadumbre

Me inscribí a un montón de actividades para no pensarte, para no extrañarte, para no buscarte.

Cerré las redes sociales por meses.


Me conseguí dos trabajos, uno por las tardes, otra por las noches, y en las mañanas iba al instituto.


Si tengo horarios libres, realizo reemplazos en las escuelas en las que me llaman.

Hacía un montón de cosas, para llegar cansada a casa y no pensar en nada más que dormir y descansar.

Conocí y me perdí en varias ciudades, sabes?


Pero tuve experiencias muy bonitas, conocí niños estupendos, adolescentes en etapas de travesuras.


Padres que reclaman hasta por el aire que le toca al niño, profesores amorosos, colegios que no sabía que existían.


Caminé sola por las calles, sin ganas de regresar a casa, fui a plazas, observé árboles enormes pero de verdad, era un coloso con raíces que abarcaban todo el espacio, me hubiese gustado que lo vieras.


Cuidé de un abuelo que me contó todas sus historias de aquellas épocas de dictadura, me habló acerca de su huerta, de aquél amor de adolescencia y claro, lo que nunca puede faltar son las comparaciones, es que sus nietos no le prestaban tanta atención como yo lo hacía, y que le miraba con tanta fascinación cuando me hablaba.


No, en eso no he cambiado. Siempre me ha interesado escuchar a los demás, acerca de sus experiencias, sus historias, sus vivencias.

Me postulé para bailarina, y a última hora renuncié, si vos no me ves bailando, yo menos.

Me animé a mucho y a la vez a poco.

He leído más libros de lo normal.

Ya casi no te pienso tanto como antes, creo que ya voy por buen camino.

Me teñí del pelo naranja, mucha gente sorprendida me dijeron que me quedaba estupendo.


No, no ando comiendo bien, muchas veces he puesto mi salud por encima de los demás.


No, no cambio más..


Una alumna, se me acercó y me abrazó con tanta fuerza, diciéndo que me quería demasiado y que ojalá vuelva a ser su profesora reemplazante.


Fue el cariño más sincero que me pudieron haber dado.

Te hubiese encantado que esto te lo comente.

Me presenté a la charla de John C. Maxwell

Es un genio en liderazgo, durante toda la charla sólo buscaba mil maneras para huir del lugar.

Sé que hay cosas que capaz ni te interesen, pero al final del día me gustaría contarte todo lo que hice en el día, pero recuerdo que vos y yo, ya no hablamos más.

Tengo demasiados pensamientos que me abruman y sólo quisiera salir por esa puerta y verte en la entrada.

Sé que tenerte a mi lado, descansando en tu pecho oyendo el latido de tu corazón hará que esté más tranquila.

Sin miedo, sin pena, sin angustias, sin tanto llanto.

Desde que no estás, me ahogo en silencio, sufro de insomnio, lloro más de lo normal.

Mi refugio es la música, las películas, los documentales, el vino y el alcohol, o quizás estando en otras camas, con chicos que no sos vos, pero desearía tanto que lo fueras. 

Saliendo con chicos que en verdad no me interesan en lo absoluto, pero hago el máximo esfuerzo por tratar de intentar algo con alguien más, olvidarte a vos, pero como un fantasma apareces en mis pensamientos, para cagarte en mí y arruinarlo todo una vez.

Me estoy forzando de todas las maneras posibles a olvidarte y a no pensarte nunca más.


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